martes, 14 de julio de 2015

KUNZA, LA LENGUA PERDIDA DE LA NACIÓN CHICHAS ESTÁ VIVA (REDACCIÓN CENTRAL / CAMBIO)

KUNZA, LA LENGUA PERDIDA DE LA NACIÓN CHICHAS ESTÁ VIVA (REDACCIÓN CENTRAL / CAMBIO)
Restos lingüísticos de este idioma se encuentran en el habla chicheña. 14/07/2015

Diseño de portada: Katiuska Rivero G.
Vestigios de una lengua preincaica se encuentran aún en uso en el habla cotidiana de la región de Chichas. El sociólogo e investigador tupiceño, Freddy Tarcaya Gallardo, da cuenta de este hecho en su libro Kunza, el idioma de la Nación Chichas, el que está previsto para ser presentado en agosto de este año.

ARTICULACIÓN IDIOMÁTICA

Tarcaya explicó que su investigación tiene como telón de fondo a las parcialidades chicheñas de los Calchas, Talinas, Atacamas, Lípez, Casavindo – Cochinocas, Churumatas, Ocloyas, Humahuacas, Tomatas, Wisijsas y otras, que actualmente se encuentran en los departamentos de Potosí, Chuquisaca y Tarija, y otras en el Norte argentino y el Norte chileno.

El investigador manifestó que estas parcialidades (en la época preincaica) tenían su propio idioma, el que lo practicaron bajo el imperio incaico, la Colonia y la República, aunque en condiciones adversas, puesto que la homogenización idiomática del quechua y el castellano impuestas por los sistemas dominantes del incario y la colonia tuvieron efectos en el paulatino agotamiento del kunza.

El libro de Tarcaya identifica los restos lingüísticos (en topónimos, antroponimia, zoonimia y fitonimia) que hoy se concretan en el habla chicheño en los idiomas quechua y castellano, mostrando una articulación idiomática que en algunos casos presenta un dominio del kunza sobre los otros dos idiomas.

KUNZA VIVO

La sistematización de la investigación muestra a una lengua kunza viva, presente en palabras sueltas dentro del quechua y el castellano, así como en los apellidos, muchos de los cuales sobrevivieron a la adopción de apellidos de origen español o la castellanización.

POCOS ANTECEDENTES

Tarcaya relató que constató la existencia de un idioma diferente al quechua y el aymara en la región en cuestión, y en 2010 buscó determinar a qué idioma pertenecían las palabras que escuchaba desde niño y que en el resto del país no existían. Encontró el libro Lenguas Indígenas de Bolivia, del autor argentino Dick Ibarra Grasso, en el que hay referencias al idioma de los chichas y al kunza, además de una familia en los Lípez que por informaciones de los años 60, probablemente hablaba el kunza.

Contó que revisó bibliografías argentinas y chilenas, documentación colonial y el trabajo de campo, donde las entrevistas con ancianos de las comunidades fueron la mejor fuente, ya que identificó los vocablos del idioma chicheño. Así, las canciones, coplas, apellidos y el habla en toda la territorialidad de los chichas confirmaron paulatinamente la hipótesis de la investigación.

CONTENIDOS DEL LIBRO

El investigador indicó que su libro estará listo probablemente en agosto, y contendrá catorce capítulos recogidos en 250 páginas, donde se referirá a los vestigios o huellas ancestrales y arqueológicas en los asentamientos primigenios de los chichas, complementado con las épocas preinca, prehispánica y republicana sin romper el desarrollo histórico de la Nación Chichas. También se mostrará una arqueología lingüística en los glosarios de topónimos, antroponimias y de las palabras kunzas que están vigentes en el habla chicheño actual.

APORTE

El autor señaló que el aporte de su investigación pasa por fortalecer una identidad. Afirmó que los chicheños no son quechuas, ni españoles, y que pese a haber adoptado otros idiomas dominantes, mantienen elementos culturales que se transformaron y transforman permanentemente en la interacción cultural con otros pueblos; demostrando que la cultura de la Nación Chichas no es amorfa y se nutre de la cultura universal manteniendo sus propias características.

Tarcaya aclaró que la Nación Chichas no necesita estar en el texto de la Constitución Política del Estado, puesto que ninguna nación está nombrada, lo que sí se nombra en el Artículo 5 de la Constitución son los 36 idiomas que se identificaron en el censo de 2001.