jueves, 1 de abril de 2010

LA HIPOCRESÍA CRIOLLA DE JUAN DEL GRANADO

LA HIPOCRESÍA CRIOLLA DE JUAN DEL GRANADO

FREDDY TARCAYA GALLARDO

Las elecciones municipales en La Paz ponen a la palestra como a contendores irreconciliables, Elizabet Zalguero del MAS y Luis Revilla del MSM, se lanzan acusaciones y contraacusaciones donde la “guerra sucia” como mecanismo de anulación del enemigo político, se expone en máxima excelsitud.

Este enfrentamiento no puede menos que revolver pasados oscuros y exponer maniqueísmos, que se atribuyen propiedades de las luchas sociales y políticas que libra el pueblo. Juan del Granado y sus acólitos lanzan loas al “Proceso de Cambio”, se dicen haber sido protagonistas del mismo y simultáneamente se esfuerzan por aparecer como víctimas de la conjura e infamia masista. Los neoliberales de otrora hablan de “Ali Baba y sus cuarenta ladrones”, al parecer los Sin Miedo están aterrorizados en extremo.

Pero por donde se mire profundo se aprecia la miseria moral de los “trigo limpio”, que ayer nomás compartían el banquete con Gonzalo Sánchez de Lozada y eran sus más acérrimos servidores, desde donde se los había delegado como bedeles y bufones, para que cumpliesen la sucia labor de ponerle la buena cara al rostro feo del neoliberalismo. O más claramente desde las diputaciones, los ministerios o la cancillería, los Sin Miedo rendían pleitesía a la capitalización, a los gastos reservados, al saqueo y a la honorable hipocresía.

Mientras salta la secreción pestilente de último cadáver neoliberal, sería bueno recordar las actuaciones del ex diputado gonista Juan del Granado cuando fungía como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.

Nos remontamos a Amayapampa al jueves 19 de diciembre de 1996 cuando las tropas del ejercito y la policía desencadenaban la Masacre de Navidad, para ello recurrimos al libro El Proceso Histórico de la Masacre de Navidad primera edición, 1999.

Sobre esos momentos fatídicos Radio Pío XII describía:

Son las dos de la tarde (...) los policías y militares ingresan no por el camino sino por las serranías, empieza la balacera, estampidos de gases lacrimógenos, disparos de armas de fuego, detonación de dinamitas gente que grita, que corre, existe un pánico total, varios trabajadores caen, mucha gente escapa a los cerros.¨¨¨

La defensa desorganizada y espontánea de la masa ocasionó que esta se retire desbandada y quede paralogizada ante la violenta incursión, pues los comandantes del operativo tenían el objetivo de dispersar a la multitud y tomar el campamento, el cual cobró las vidas de Santos Ossio Padilla[1], Miguel Choque Gutiérrez[2] y el Secretario de Cultura de la Federación de Mineros Galo Luna[3], quien se encontraba en la comisión que estableció la tregua con el Comandante de la Policía Willy Arriaza, recibió dos impactos de bala, en su afán “pacificador” encontró la trágica muerte.

Los tres cadáveres fueron trasladados por una patrulla policial hacia Amayapampa alrededor de las 18:30, los cuales fueron secuestrados en el intento torpe de la comandancia por dejar desapercibida su acción criminal. El bautizo sangriento de navidad era un hecho irreversible, los planes meticulosos del gobierno seguían el curso inalterable.

(Pag. 129-130)

Dos días depuse el sábado 21 de diciembre:

Ya entrada la tarde llegaron los cadáveres que habían sido ocultados por el Gral. Arriaza, entre los mismos se encontraba el de Galo Luna, quien en la mañana ya había sido reconocido por Milton Gómez[4]. Sin embargo, Juan del Granado “sospechosamente” no se dio por enterado a sabiendas, que su labor pacificadora le permitía salir y entrar a Amayapampa, el "mediador" - según los mineros de Colquiri - era cómplice de las maniobras del gobierno[5].

El secretario General del Sindicato Minero de Colquiri, sobre el particular decía: “... nosotros como sindicato nos hemos entrevistado con el diputado Juan del Granado (...) hemos reclamado (...) el cadáver de nuestro compañero (...) el nos señalaba que no conocía en que lugar estaba (...) cuando a la inversa el sabía donde estaba el cadáver (...) nosotros hemos notado que Juan del Granado estaba ocultando, inclusive los hechos que ya se tenían que desatar en Amayapampa y Capasirca. ” Radio Fides, Programa: Cristina y Usted, Entrevista a Juan del Granado y Waldo Albarracín, La Paz, agosto de 1997: 146. Al respecto el sindicado dijo: “Yo no supe el paradero del cuerpo del compañero Galo Luna, sino el día domingo en la mañana” (ídem: 147) ¿Es posible, que quien no tenía restricciones para su tarea, no se haya percatado de la muerte del dirigente? ¿Cómo, se explica que Milton Gómez si lo haya hecho, qué lugar ocupaba Juan del Granado en la masacre, era árbitro, o ocupaba el lugar de "su" gobierno?

Tres años después cuando las aguas estaban calmas


10.7. Las "órdenes superiores”: la confesión de Juan del Granado

Declaraciones del jefe del Movimiento Sin Miedo (MSM) acusaron directamente a Gonzalo Sánchez de Lozada, haber impartido ordenes, para desencadenar la masacre, Opinión registraba así la nota: " Juan del Granado (...) reveló que en el anterior gobierno impidió 'una masacre de envergadura ordenada por Sanchez de Lozada en Amayapampa y Capasirca'"¨ La acusación "tardía", fue una manifestación clara de la actuación que tuvo el entonces diputado en la masacre. Puesto que en su momento, guardó un aberrante silencio cómplice, apareciendo ante la verdad de los hechos, como un cancerbero más de la clase dominante. Precisamente en una entrevista radial en agosto de 1997 decía:

Sobre la responsabilidad, que pudiera tener el ex Presidente Constitucional Gonzalo Sanchez de Lozada como Capitán General de Las Fuerzas Armadas, respecto a las presuntas órdenes que se hubieran dado en la situación de Amayapampa, Capasirca y Llallagua, yo no puedo afirmar de manera rotunda, que Gonzalo Sanchez de Lozada hubiera dado órdenes en esa dirección...¨¨

Sin duda que se trató de un giro de 180º en la posición que mantuvo durante el cogobierno MNR, MRTKL, USC, MBL y después. Una forma de "pragmatismo" político, que lavaba el rostro y las manos ensangrentadas de la burguesía personificada en Gonzalo Sánchez de Lozada, mientras el "honorable" diputado hallaba cobijo bajo su ala.

Pag 159

Ahora, Juan del Granado reclama su pasado político, su “lucha de más de mas de 30 años”, su pragmatismo que le permitió sobrevivir a las tormentas políticas que arrasaron a sus contemporáneos afines. Sin embargo, es posible que continué su vida política cuando los tiempos para la “derecha inteligente” mejoren y lo veamos nuevamente de candidato abrazando el discurso de la unidad nacional en nombre del Estado Republicano y en contra el Estado Plurinacional.
¨¨¨ Radio Pío XII, Homenaje a los caídos en la masacre un año después, 1997: 156.
[1] Santos Ossio Padilla, fue un minero de 18 años, el informe del CIDH, considera que "murió a consecuencia de politraumatismo y traumatismo cráneo encefálico" Según Estrella del Oriente, el joven obrero habría recibido un impacto de bala en la nuca. "Al momento de la muerte, Santos estaba acompañado de su hermano menor Norberto de 12 años de edad. Luego el cadáver fue arrastrado por el suelo... "Estrella del Oriente, Misionero de 15 años otra víctima de la masacre, Santa Cruz 21 de diciembre de 1997: 4.
[2] Miguel Choque Gutiérrez fue asesinado a la tierna edad de 15 años, según su madre en circunstancias en que pasteaba sus ovejas, "... recibió dos balazos; uno en la cabeza y otro en la espalda que le perforó el pulmón izquierdo y tuvo orificio de salida en la región pectoral derecha." Estrella del Oriente, "Policías y militares mataron a mi hijo", Santa Cruz 21 de diciembre de 1997: 4.
[3] Galo Luna fue un maestro, se vinculo a la actividad sindical como representante de su gremio ante la FSTMB, hecho que le valió ser Secretario de Cultura de la organización minera, también se desempeño como catedrático de la Universidad de Siglo XX. Fue impactado por dos balas y derribado por las mismas, su último aliento de vida le permitió levantarse nuevamente dar dos pasos y luego cayó muerto.
[4] Milton Gómez, cumplía con su labor pacificadora y en ese ínterin tramitó la devolución del cadáver de Galo Luna, cuando aún no se había oficializado su muerte. En una entrevista de Radio Pío XII, el periodista le preguntaba: "Compañero (...) se sabe de alguna información de Galo Luna? - Milton Gómez respondía - Si hemos recibido el encargo y ellos - la Policía - entregarían a la Federación de Mineros el cadáver del compañero Galo, entonces vamos a tener que recogerlo." Radio Pío XII, Grabaciones magnetofónicas, Siglo XX, 21 de diciembre de 1996: 53.
[5] El secretario General del Sindicato Minero de Colquiri, sobre el particular decía: “... nosotros como sindicato nos hemos entrevistado con el diputado Juan del Granado (...) hemos reclamado (...) el cadáver de nuestro compañero (...) el nos señalaba que no conocía en que lugar estaba (...) cuando a la inversa el sabía donde estaba el cadáver (...) nosotros hemos notado que Juan del Granado estaba ocultando, inclusive los hechos que ya se tenían que desatar en Amayapampa y Capasirca. ” Radio Fides, Programa: Cristina y Usted, Entrevista a Juan del Granado y Waldo Albarracín, La Paz, agosto de 1997: 146. Al respecto el sindicado dijo: “Yo no supe el paradero del cuerpo del compañero Galo Luna, sino el día domingo en la mañana” (ídem: 147) ¿Es posible, que quien no tenía restricciones para su tarea, no se haya percatado de la muerte del dirigente? ¿Cómo, se explica que Milton Gómez si lo haya hecho, qué lugar ocupaba Juan del Granado en la masacre, era arbitro, o ocupaba el lugar de "su" gobierno?
¨ Opinión, Goni, Del Granado y Torres se dicen duras verdades, Cochabamba, 30 de noviembre de 1999: 1.
¨¨ Radio Fides, Entrevista de Cristina Corrales a Juan del Granado y Waldo Albarracín, Cristina y Usted, La Paz, agosto de 1997.