miércoles, 12 de agosto de 2015

KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS

KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS

 (Fuente: Tupiza es Noticia, 10/08/2015, Pag. 12,13)

TORINÁSEO, el Churo Chicheño (Heberth Fernando Peredo-Banda)

La noticia de la publicación de la obra de Freddy Tarcaya Gallardo sobre la Lengua de la Nación Chichas es, ciertamente, para nosotras y nosotros Chicheños, una Muy Buena Noticia que, seguramente, ha de reanimar a más de un pesimista. Precisamente por ello, acogemos la obra con mucho cariño, reconociendo el valor clave que tiene la obra de nuestro paisano y amigo en el proceso de Reconstitución de la Nación Chichas (del cual Tarcaya es su principal animador). Con todo, pensamos que es urgente esclarecer previamente algunos aspectos relacionados al contexto en el que se publica KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS.

Como acertada y oportunamente ha esclarecido El ABC de la Nación Chichas (Nación Chichas - Tupiza, 2012), su devenir histórico, su vida social, político-organizativa, económico-productiva, en suma, Cultural de nuestra Nación, nunca ha sufrido interrupción o falta de continuidad. En su brevedad, El ABC, da cuenta de una continuidad histórica transformadora desde los tiempos prehistóricos hasta el presente. En este sentido y por ello mismo, la urgencia de construir su futuro es subversiva. En esa orientación, El ABC, supera los delirios de algunos románticos que ven la irrupción del conquistador español como arrolladora máquina que arrasó con todo: Cultura, organización sociopolítica, cosmovisión, arte, producción económica… Al punto que hablan de un “antes” y de un “después” a partir de una manida “Fundación española de Tupiza” y otras zarandajas. Así, la Nación Chichas, sería parte de un pasado glorioso aunque remoto y del cual sólo quedan algunos “resabios” pintoresquistas: algunas fiestas, música y danzas folklóricas, costumbres culinarias y poco más (!). Nada más lejos de la realidad. No hay ni hubo tal. Por más que la Nación Chichas muchas veces se ha clandestinizado, mimetizado o maquillado bajo diversos rostros, su vocación libertaria le ha permitido resurgir e irrumpir en el contexto pasado y presente, siempre digna y animada de un “sano orgullo” –como afirmaba nuestro Alfredo Domínguez. 

Con todo, El ABC no se queda ahí como simple declaración de buenas intenciones. También explora problemas, carencias, dificultades; así como identifica desafíos, formula proyectos y señala tareas. Esta orientación se continúa en los diversos Encuentros de la Nación Chichas y, ciertamente, habrá de continuarse mientras no se cumplan. Por ejemplo, la profundización de un diagnóstico actual global de Los Chichas es una tarea pendiente. Sin embargo, desde mi punto de vista, a diferencia de las prácticas anteriores, esta no puede ser tarea de grandes “iluminados” o intelectuales “señalados por el dedo de los Dioses”, sino de un colectivo intelectual abierto, inter y multidisciplinario. Equipo que, de suyo, también habría de ser internacional. ¿Por qué? Porque la diversa, abigarrada, compleja realidad del Mundo Chicha y la vasta pero dispersa producción científica de los últimos setenta años exigen, imponen, el esfuerzo mancomunado de los más destacados y esclarecidos estudiosos que trabajen en los diversos campos de las ciencias sociales y naturales; no sólo en los laboratorios, sino, y sobre todo, desde sus saberes, experiencias, conocimientos y prácticas. Claro, es de esperar que su labor sea fecunda y no sólo aspire a llenar anaqueles en las bibliotecas o centros de documentación. Por tanto, para que su labor dé los frutos esperados, ellos deben orientarse por una dirección y un propósito: la construcción de un Proyecto de Grandes y Profundas Transformaciones de la Nación Chichas.

Si nos atenemos a las preocupantes afirmaciones de Ibarra Grasso con relación al estudio de las lenguas indígenas en Bolivia, advertimos que El ABC está precisamente en el “ojo de la tormenta”. Es decir, “no estamos meando fuera de tiesto”. Esclarecer la cuestión del idioma de la Nación Chichas, como parte esencial del proceso de Reconstitución de la Nación Chichas, es clave. A partir de ello, muchas otras cuestiones se aclararán con alguna facilidad y certeza razonable. En este sentido, nuestro entrañable amigo y paisano, Freddy Tarcaya Gallardo, coherente con lo afirmado en El ABC de la Nación Chichas y en numerosísimas ocasiones (a lo largo y ancho del Mundo Chicha) en las que ha difundido, explicado y analizado este fundamental documento del cual es uno de sus autores, ha tomado para sí el encargo y que ahora tiene a bien de presentarnos con el provocativo título de “KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS”.

De seguro, a más de uno se le pararán los pelos: ¿dónde hay pruebas de la existencia y habla de esta lengua en Los Chichas? Sus pretendidas palabras, ¿acaso no son infiltraciones del aymara o más aún del quechua? ¿Es que acaso no éramos territorio aymara antes de la llegada de los ejércitos Inka? Y, a regañadientes, por tanto, ¿quechuizados por los Inka? Ya bueno, protestará otro, quechuizados en la época colonial con fines evangelizadores... Pero quechuizados al fin.  Más de uno se preguntará ¿es que no había una lengua denominada por los propios españoles como “Chicha”? ¿Qué es de esta lengua? ¿El Kunza es la lengua Chicha o son dos lenguas diferentes? Otro protestará, ¿es que acaso el Kunza no es una lengua chilena? (seguro, creyendo que Chile existía desde antes de las Guerras Independentistas (!). En fin, que la obra de Tarcaya va a levantar roncha, ¡la va a levantar!... Por tanto, habrá que ir preparándose.

Para la obra que ahora presentamos serían bastantes: “Unas pocas palabras…” Sin embargo, Freddy Tarcaya, ha ido más allá. Con un esfuerzo acucioso, revisando obras de lingüistas chilenos, argentinos, bolivianos y muchísimos otros; contrastando con su experiencia, conocimiento, vivencia y su propio trabajo investigativo en el área Chicha; e incluso de algunos allegados suyos… En su libro, Tarcaya, ha recopilado tal cantidad de palabras Kunza que, con largueza, demuestran la existencia de la Lengua Kunza como idioma utilizado por los Chichas y que demuestran fehacientemente su existencia y, lo que es más ¡su vigencia y vitalidad!

Sin embargo, hay algunas preguntas que creemos que sí se pueden responder, pero, como lo dijimos más arriba, haciéndolo de una manera colectiva. Por ejemplo, ya tenemos entre manos el estudio de Tarcaya y, ahora ¿qué hacemos con él? ¿Sólo lo utilizaremos como información, como dato, interesante, pero más que eso nada? ¿Cuál será o cuál habría de ser la actitud y práctica de la Escuela con relación al Kunza? ¿Cuál la Estrategia para revitalizarlo y, eventualmente, reutilizarlo? ¿Se ha avanzado algo para clarificar cual habría de ser la eventual “metodología” a aplicar? ¿Lo aceptarán los Ministerios de Autonomías, de Educación y de Culturas? Y si no lo aceptan, ¿cuál será la estrategia para convencerlos de la bondad o bondades, virtud o virtudes, del Kunza?

Por otro lado, valdría la pena de conocer los criterios de las autoridades y líderes del Movimiento Popular ¿cómo lo tomarán? ¿Cómo lengua introducida, o peor, arma secreta introducida por la Nación Chichas para debilitar el Estado Plurinacional de Bolivia? En cualquier caso, las autoridades y dirigentes, ¿tendrán el valor (mejor, la iniciativa) de poner voluntad política y dinero ya sea para valorar el Kunza o ya para destruirlo? En todo caso, el trabajo de Freddy Tarcaya y otros que se ocupan de la Reconstitución de la Nación Chichas, no tendrán ningún valor, sí al mismo tiempo la inmensa columna de chicheñas y chicheños (tanto en Bolivia como en el exterior) no se apropian, sino hacen suyas, sino se adueñan de las ideas, de las propuestas, de los resultados de investigación, etc. implicados en ese proceso y las utilizan como estrategias, como instrumentos, como herramientas para generar el bienestar añorado por toda la paisanada, reafirmando y fortaleciendo con dignidad y sano orgullo su identidad Chicha de cara a ese añorado futuro de la Gran Nación Chichas.

En este contexto, Freddy Tarcaya, publica su obra en este agosto, ¿Migrará a Chile donde, es casi seguro, será mejor escuchado y más valorado? ¿O mandará todo al diablo (incluida la Nación Chichas y la sarta de mediocres que hablan de ella pero no entienden nada y sólo obedecen consignas)? “¿O se alistará en el Ejército de Salvación para tomar el Cielo por asalto? Entonces, de momento que no se diga más, estimadas y respetadas chicheñas y chicheños de Bolivia, Argentina y Chile.