KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS
En este contexto, Freddy Tarcaya, publica su obra
en este agosto, ¿Migrará a Chile donde, es casi seguro, será mejor escuchado y
más valorado? ¿O mandará todo al diablo (incluida la Nación Chichas y la sarta
de mediocres que hablan de ella pero no entienden nada y sólo obedecen
consignas)? “¿O se alistará en el Ejército de Salvación para tomar el Cielo por
asalto? Entonces, de momento que no se diga más, estimadas y respetadas
chicheñas y chicheños de Bolivia, Argentina y Chile.
TORINÁSEO,
el Churo Chicheño (Heberth Fernando Peredo-Banda)
La noticia de
la publicación de la obra de Freddy Tarcaya Gallardo sobre la Lengua de la
Nación Chichas es, ciertamente, para nosotras y nosotros Chicheños, una Muy
Buena Noticia que, seguramente, ha de reanimar a más de un pesimista.
Precisamente por ello, acogemos la obra con mucho cariño, reconociendo el valor
clave que tiene la obra de nuestro
paisano y amigo en el proceso de Reconstitución
de la Nación Chichas (del cual Tarcaya es su principal animador). Con todo,
pensamos que es urgente esclarecer previamente algunos aspectos relacionados al
contexto en el que se publica KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN CHICHAS.
Como acertada
y oportunamente ha esclarecido El ABC de la Nación Chichas (Nación
Chichas - Tupiza, 2012), su devenir histórico, su vida social, político-organizativa,
económico-productiva, en suma, Cultural de nuestra Nación, nunca ha sufrido
interrupción o falta de continuidad. En su brevedad, El ABC, da cuenta de una continuidad histórica transformadora desde
los tiempos prehistóricos hasta el presente. En este sentido y por ello mismo,
la urgencia de construir su futuro es subversiva. En esa orientación, El ABC, supera los delirios de algunos
románticos que ven la irrupción del conquistador español como arrolladora
máquina que arrasó con todo: Cultura, organización sociopolítica, cosmovisión,
arte, producción económica… Al punto que hablan de un “antes” y de un “después”
a partir de una manida “Fundación
española de Tupiza” y otras zarandajas. Así, la Nación Chichas, sería parte
de un pasado glorioso aunque remoto y del cual sólo quedan algunos “resabios”
pintoresquistas: algunas fiestas, música y danzas folklóricas, costumbres
culinarias y poco más (!). Nada más lejos de la realidad. No hay ni hubo tal. Por más que la Nación Chichas muchas veces se
ha clandestinizado, mimetizado o maquillado bajo diversos rostros, su vocación
libertaria le ha permitido resurgir e irrumpir en el contexto pasado y
presente, siempre digna y animada de un “sano orgullo” –como afirmaba
nuestro Alfredo Domínguez.
Con todo, El ABC no se queda ahí como simple
declaración de buenas intenciones. También explora problemas, carencias,
dificultades; así como identifica desafíos, formula proyectos y señala tareas.
Esta orientación se continúa en los diversos Encuentros de la Nación Chichas y,
ciertamente, habrá de continuarse mientras no se cumplan. Por ejemplo, la
profundización de un diagnóstico actual global de Los Chichas es una tarea
pendiente. Sin embargo, desde mi punto de vista, a diferencia de las prácticas
anteriores, esta no puede ser tarea de grandes “iluminados” o intelectuales
“señalados por el dedo de los
Dioses”, sino de un colectivo
intelectual abierto, inter y multidisciplinario. Equipo que, de suyo,
también habría de ser internacional.
¿Por qué? Porque la diversa, abigarrada, compleja realidad del Mundo Chicha y
la vasta pero dispersa producción científica de los últimos setenta años
exigen, imponen, el esfuerzo mancomunado de los más destacados y esclarecidos
estudiosos que trabajen en los diversos campos de las ciencias sociales y
naturales; no sólo en los laboratorios, sino, y sobre todo, desde sus saberes,
experiencias, conocimientos y prácticas. Claro, es de esperar que su labor sea
fecunda y no sólo aspire a llenar anaqueles en las bibliotecas o centros de
documentación. Por tanto, para que su labor dé los frutos esperados, ellos
deben orientarse por una dirección y un propósito: la construcción de un Proyecto de Grandes y Profundas Transformaciones
de la Nación Chichas.
Si nos
atenemos a las preocupantes afirmaciones de Ibarra Grasso con relación al
estudio de las lenguas indígenas en Bolivia, advertimos que El ABC está precisamente en el “ojo de
la tormenta”. Es decir, “no estamos meando fuera de tiesto”. Esclarecer la
cuestión del idioma de la Nación Chichas, como parte esencial del proceso de
Reconstitución de la Nación Chichas, es clave. A partir de ello, muchas otras
cuestiones se aclararán con alguna facilidad y certeza razonable. En este
sentido, nuestro entrañable amigo y paisano, Freddy Tarcaya Gallardo, coherente
con lo afirmado en El ABC de la Nación
Chichas y en numerosísimas ocasiones (a lo largo y ancho del Mundo Chicha)
en las que ha difundido, explicado y analizado este fundamental documento del
cual es uno de sus autores, ha tomado para sí el encargo y que ahora tiene a
bien de presentarnos con el provocativo título de “KUNZA. EL IDIOMA DE LA NACIÓN
CHICHAS”.
De seguro, a
más de uno se le pararán los pelos: ¿dónde hay pruebas de la existencia y habla
de esta lengua en Los Chichas? Sus pretendidas palabras, ¿acaso no son
infiltraciones del aymara o más aún del quechua? ¿Es que acaso no éramos
territorio aymara antes de la llegada de los ejércitos Inka? Y, a
regañadientes, por tanto, ¿quechuizados por los Inka? Ya bueno, protestará
otro, quechuizados en la época colonial con fines evangelizadores... Pero
quechuizados al fin. Más de uno se
preguntará ¿es que no había una lengua denominada por los propios españoles
como “Chicha”? ¿Qué es de esta lengua? ¿El Kunza es la lengua Chicha o son dos
lenguas diferentes? Otro protestará, ¿es que acaso el Kunza no es una lengua
chilena? (seguro, creyendo que Chile existía desde antes de las Guerras
Independentistas (!). En fin, que la obra de Tarcaya va a levantar roncha, ¡la
va a levantar!... Por tanto, habrá que ir preparándose.
Para la obra
que ahora presentamos serían bastantes:
“Unas pocas palabras…” Sin embargo, Freddy Tarcaya, ha ido más allá. Con un
esfuerzo acucioso, revisando obras de lingüistas chilenos, argentinos,
bolivianos y muchísimos otros; contrastando con su experiencia, conocimiento,
vivencia y su propio trabajo investigativo en el área Chicha; e incluso de
algunos allegados suyos… En su libro, Tarcaya, ha recopilado tal cantidad de
palabras Kunza que, con largueza, demuestran la existencia de la Lengua Kunza
como idioma utilizado por los Chichas y que demuestran fehacientemente su
existencia y, lo que es más ¡su vigencia
y vitalidad!
Sin embargo,
hay algunas preguntas que creemos que sí se pueden responder, pero, como lo
dijimos más arriba, haciéndolo de una manera colectiva. Por ejemplo, ya tenemos
entre manos el estudio de Tarcaya y, ahora ¿qué hacemos con él? ¿Sólo lo
utilizaremos como información, como dato, interesante, pero más que eso nada?
¿Cuál será o cuál habría de ser la actitud y práctica de la Escuela con
relación al Kunza? ¿Cuál la Estrategia para revitalizarlo y, eventualmente,
reutilizarlo? ¿Se ha avanzado algo para clarificar cual habría de ser la
eventual “metodología” a aplicar? ¿Lo aceptarán los Ministerios de Autonomías,
de Educación y de Culturas? Y si no lo aceptan, ¿cuál será la estrategia para
convencerlos de la bondad o bondades, virtud o virtudes, del Kunza?
Por otro
lado, valdría la pena de conocer los criterios de las autoridades y líderes del
Movimiento Popular ¿cómo lo tomarán? ¿Cómo lengua introducida, o peor, arma
secreta introducida por la Nación Chichas para debilitar el Estado
Plurinacional de Bolivia? En cualquier caso, las autoridades y dirigentes,
¿tendrán el valor (mejor, la iniciativa) de poner voluntad política y dinero ya
sea para valorar el Kunza o ya para destruirlo? En todo caso, el trabajo de
Freddy Tarcaya y otros que se ocupan de la Reconstitución de la Nación Chichas,
no tendrán ningún valor, sí al mismo tiempo la inmensa columna de chicheñas y
chicheños (tanto en Bolivia como en el exterior) no se apropian, sino hacen suyas, sino se adueñan de las ideas, de las
propuestas, de los resultados de investigación, etc. implicados en ese
proceso y las utilizan como estrategias,
como instrumentos, como herramientas para generar el bienestar añorado por toda
la paisanada, reafirmando y fortaleciendo con dignidad y sano orgullo su
identidad Chicha de cara a ese añorado futuro de la Gran Nación Chichas.