lunes, 22 de septiembre de 2008

LA CONSPIRACIÓN FASCISTA EN BOLIVIA















LA CONSPIRACIÓN FASCISTA EN BOLIVIA



POR: FREDDY TARCAYA GALLARDO



EL TELÓN DE FONDO



Bolivia en la última década se convirtió en un recinto donde se baten tendencias de la política mundial, esta afirmación a primera vista puede parecer subjetiva, sin embargo, los hechos constatan que en este país pequeño económicamente, demográficamente poco poblado con extensiones de tierra descomunales y una ingente cantidad de recursos naturales, es el epicentro de la prensa y la pesadilla de la derecha internacional.
Desde la década de los 90 cuando el neoliberalismo arreció sobre la economía estatal boliviana, y se instauró la entrega de los recursos naturales a las transnacionales, todas las empresas estatales bajo la demagogia de la capitalización fueron diezmadas, una tras otra cayeron a merced del capital. Este proceso trajo consigo la confrontación entre las fuerzas que se oponían a la penetración extranjera en la economía nacional, la resistencia popular a la subasta neoliberal se tradujo rápidamente en acciones aisladas de organizaciones sociales, la C.O.B. y otras organizaciones sociales habían sido cooptadas por el poder palaciego.



La insurgencia de los movimientos sociales



De este modo durante el desarrollo de la política capitalizadora de Gonzalo Sánchez de Lozada, se generaron movilizaciones opositoras al régimen neoliberal, estos hechos generaron enfrentamientos y represiones sangrientas. 1996 fue un año conflictivo en el que la lucha de clases cobró sus víctimas, en abril y Mayo de ese año sectores sociales y sindicales se opusieron a la capitalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Pese a ello el neoliberalismo ganó posiciones un bastión simbólico del estatismo cayó a merced del capital transnacional, YPFB fue aniquilado.
En diciembre de 1996 la Masacre de Navidad en Amayapampa y Capacirca (Norte de Potosí) evidencio la contradicción fundamental de la pugnas políticas históricas en Bolivia contra el imperialismo, cuando la trasnacional Vista Gold pretendió imponer la propiedad privada, sobre la propiedad colectiva del territorio de los Ayllus y las formas de explotación de oro tradicionales de mineros de las minas de Amayapampa y Capasirca. El negocio de capitalistas bolivianos y de la transnacional se vio frustrado tras la masacre de 11 mineros e indígenas.
El principio de la presente década esta agudización confrontaciónal se agravó, pues en la escena los actores sociales antineoliberales se articularon fuerzas que hasta antes habían estado poco movilizadas, sectores vecinales, indígenas y campesinos cobijados y atrincherados desde los barrios y las comunidades, con sus propias reivindicaciones chocaron radicalmente contra la política neoliberal.
El neoliberalismo arrasaba con todo lo que encontraba en su camino no había rubro de la economía que no era víctima de la avidez, el agua recurso natural cuyas cualidades son intrínsecas a la vida del ser humano, pretendió ser puesta a merced de las transnacionales y considerada como mera mercancía.



La oposición al neoliberalismo



De manera casi natural juntas vecinales, indígenas, campesinos regantes, se cohesionaron en un frente espontáneo antineoliberal, desde el cual se libraron batallas que pusieron en vilo a la derecha servil del imperio.



En abril del 2000 en Cochabamba la Guerra del Agua se extendió por el altiplano con los bloqueos de caminos, y las movilizaciones de la Ciudad del El Alto. Desde está memorable movilización, se generaron otras como la guerra contra el impuestazo del 2003 y la guerra del gas en octubre de ese mismo año, que significo la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada quien encarnaba la derecha neoliberal, e su máxima excelsitud.



Estos dos acontecimientos cambiaron la correlación de las fuerzas en el tablero del ajedrez político, la derecha merced a su fracaso neoliberal recibía los embates populares, la demagogia e ilusión mediática de una sociedad en concordancia con el libre cambio, hallaba su mentís en la realidad, realidad que desnudaba la naturaleza cavernaria de la política pro imperialista.
De manera paralela los movimientos sociales usaron la movilización y la democracia formal para encausar sus reivindicaciones históricas. El MAS, que para entonces tenía un considerable basamento social sobre todo en los sectores desposeídos y excluidos del país crecía inexorablemente, pues el 2002 ya se había constituido como la segunda fuerza política – electoral y la primera en el plano confrontaciónal contra el neoliberalismo, pues en su seno se estructuraron movimientos y organizaciones sociales, sobre todo indígenas, campesinas, vecinales, pequeños comerciantes, desocupados y otros, que no eran considerados como potenciales contestarios a la formalidad democrática.



El 2005 Evo Morales ganó las elecciones luego de la caída del bufón neoliberal Carlos Dario Meza, había dejado en manos de Rodríguez Belze y este convocado elecciones. Morales se hizo presidente con el 54% de la votación.




Raíces de la conspiración fascista



Asumido el cargo Evo Morales desarrolló una política recosntitutiva del rol el Estado en la economía, este hecho se convirtió en un proceso de desmontaje neoliberal, la Asamblea Constituyente fue el corolario de este objetivo la misma que aprobó una Nueva Constitución, la misma que contiene la refundación del Estado, basado en la constitucionalización de derechos individuales y colectivos, además de la posibilidad de la regulación de las propiedades agrarias a 5000 hectáreas.
Su esencia radica en el proteccionismo estatal de los recursos naturales y sobre todo la extinción de todo latifundio improductivo y la democratización del poder en manos de las autonomías indígenas, regionales y departamentales.
Estas reformas de carácter democrático hacen mella sobre todo en las oligarquías ligadas a la tenencia de la tierra, hecho que les permite usufructuar inmensas extensiones de tierras, es decir, verdaderos latifundios cuyos rasgos de propiedad están en manos de grupos o clanes familiares que la acaparan con fines de engorde, especulación, desmonte y tráfico de madera.
Los rasgos que distinguen a las relaciones de producción se aprecian por la pervivencia de un régimen de servidumbre, el trabajo de producción agrícola no se realiza en la extensión total de la propiedad hecho que genera tierras ociosas e improductivas. El uso de técnica y tecnología poco adecuadas, determina bajos índices de productividad. El latifundio por su naturaleza es incompatible con el propio capitalismo, porque es una forma de propiedad precapitalista. Sin embargo, de este hecho histórico en Bolivia se amalgamó con el capitalismo, pues detrás del latifundio están las transacciones banqueras, el alquiler de tierras, la depredación forestal y el negocio de la madera.
La personificación del latifundio en su expresión social se manifiesta en la oligarquía agroindustrial, la misma que tiene un pie metido en el precapitalismo latifundista y el otro en la producción capitalista agrícola, esta configuración histórica no la define como burguesía nacional, sino como casta bastarda de un proceso histórico contradictorio.
Por este hecho la casta oligárquica agroindustrial de Santa Cruz esta dispuesta a destruir el país, porque no tiene un proyecto político nacional, vive embriaga en el provincialismo feudal, su horizonte no puede alcanzar la creación de un mercado interno, porque llanamente no alcanza a personificarse como burguesía nacional.
El separatismo oligárquico
El separatismo es una salida por la vía de la barbarie y los oligarcas cruceños tienen plena consciencia del hecho, para ello han venido argumentando posiciones autonomistas, federalistas cuyo común denominador son los “estatutos autonómicos”, que propugnan la secesión territorial de Bolivia. Se apuntó ya que el objetivo supone la perpetuación de las propiedades latifundistas de la tierras y el usufructo de los recursos, como se diría quieren llevarse la parte del león, porque como casta no tienen otra perspectiva económica que vivir a merced de las transnacionales.
La estrategia separatista persigue romper la unidad del país, para ello el embajador norteamericano Philip Goldberg, tejió la estrategia que sectores oficialistas han denunciado, pues el control hegemónico de los recursos naturales y el territorio para el imperialismo es vital para su subsistencia. Tener un enclave territorial para el control político y militar de la región supone dividir Bolivia bajo la base territorial de la media luna.
Los norteamericanos siguen de cerca el accionar político y militar en la región, las maniobras de las Fuerzas Armadas Venezolanas con la flota Rusa, los convenios de cooperación militar entre Bolivia y Venezuela, el convenio de cooperación militar entre Argentina y Rusia, han desatado celos del imperialismo que ve en estos hechos la ruptura de su influencia militar y política en la región.
Los lazos de amistad tendidos por los gobiernos de Bolivia, Iran y Libia, implican aspectos complementarios para que el Departamento de Estado planifique el quiebre territorial del país y se vea envuelto en la asonada fascista que se desató en el territorio boliviano.
Las bambalinas de la embajada norteamericana.
En este proceso conspirativo la embajada norteamericana no puede prescindir de su nefasta labor, como en otras ocasiones golpistas es el departamento de Estado y la CIA, la que promueve motines golpistas cuya punta de lanza en cualquier punto geográfico del mundo, son las reparticiones diplomáticas norteamericanas que conspiran contra gobiernos progresistas o abiertamente antiimperialistas.
Así fue que la Operación Cóndor durante la época de las dictaduras latinoamericanas del 70, fue patrocinada por las embajadas norteamericanas en cada uno de los países del conosur continental. La puesta en marcha del plan generó la persecución, detención y asesinato de miles de luchadores sociales y con ello una valiosa generación de líderes de izquierda, fueron asesinados y desaparecidos, el genocidio fue obra y arte del imperialismo y sus cancerberos.
Tras 35 años de los crímenes organizados por la CIA, nuevamente en el actual periodo se constata que el imperio conspira para derrocar esta vez al gobierno progresista de Evo Morales.
LOS TRES FRENTES DE LA CONSPIRACIÓN FASCISTA
En términos estrictamente el fascismo es la prolongación violenta de la burguesía para preservar sus intereses, cuando estos están en peligro y es usada cuando la democracia formal ya no contiene la rebelión revolucionaria. En el país la política fascista adquiere matices grotescos, la madre que la engendra no es precisamente una clase burguesa, sino, una casta oligárquica afincada en el latifundio y la producción agroindustrial apadrinada por el propio Estado, con subvenciones y favores crediticios.
Por tanto, el fascismo en Bolivia no esta a las alturas de los fascistas químicamente puros de los gobiernos de Hitler, Mousolini o Franco, la caricatura fascista de Branco Marinkovic, Ruben Costas, Cossio, Ernesto Suárez, Manfred Reyes Villa y Leopoldo Fernández, aparece como una sátira deformada de la política.
La esencia de este remedo se expresa en las acciones de la conspiración fascista. A saber: destrucción de propiedades del Estado, ENTEL, INRA, entre otras instituciones. Atentados terroristas a gaseoductos, bloqueos, cuyo único fin persiguen la preservación de los latifundios y el control de los recursos naturales por las prefecturas lo equivale quitar al Estado boliviano la tuición de los mismos, para que a merced de las oligarquías sean correa de transmisión de las transnacionales, queda claro entonces que el interés supremo de la asonada fascista implica no el interés de una burguesía pujante inexistente en el país, sino los intereses de las transnacionales que usan como carne de cañon a mozalbetes del lumpen proletariado: la Unión Juvenil Cruceñista y otros unionistas que proliferaron como plaga reaccionaria.
El proceso de la confabulación fue rápidamente debelada, pues la conspiración quedó al desnudo por el fracaso estrepitoso de la asonada fascista: los muertos que buscaron los cívicos no aparecieron pese a que provocaron hasta el cansancio a la policía y a las Fuerzas Armadas.
La derecha actuó en tres frentes claramente perceptibles los mismos que a continuación se enuncian.
1.- Los medios de comunicación y sus bufones
En la estrategia montada para derrocar al gobierno se conformó un frente comunicaciónal, el cuál de acuerdo al plan y siguiendo los manuales de guerra debería crear condiciones psicológicas para la asonada fascista.
La propaganda política fue usada y se usa como un auxiliar táctico en el propósito estratégico, que consistía en el derrocamiento de Evo Morales, para vincular las consignas cliché sin contenido ideológico en las acciones vandálicas de la Unión Juvenil Cruceñista a saber: “Lucha por el IDH”, “Autonomía o muerte”, “Collas raza maldita”, “Evo cabrón”, “libertad” “democracia”, son consignas que guían la acción de las bandas fascistas cuya esencia de las mismas no las alcanzan a asimilar y se usan como “armas ideológicas” en la conducción de las hordas.
El efecto a la vista es un hecho efectivo dada la poca politización del lumpen que se expresa en su mejor acabado en la Unión Juvenil Cruceñista. Porque la propaganda política destilada en consignas creó cohesión y entusiasmo hormonal en el bando fascista.
Por el contrario en los sectores de la población politizada y alineada con las organizaciones sociales, su efecto fue mínimo y no causó desorden, miedo, terror ni desazón en las filas populares. De este modo el fracaso estrepitoso de los medios de comunicación pese a los esfuerzos sobrehumanos para magnificar los episodios violentos del fascismo, fue catastrófico los “mass media” salieron golpeados de la contienda.
El objetivo de la conspiración para que la población se someta a la voluntad oligárquica, fue un fiasco evidente. Los medios privados controlados por las familias de terratenientes demostraron una vez más que no tienen resonancia en la opinión pública.
El papel de los presentadores y analistas
Los voceros oficiales de la derecha buscan ganar base social entre la población mientras destilan odio racista a través de sus canales y prensa, pretendiendo a través de los mismos influir y manipular a la opinión pública. El objetivo del plan conspirativo consistía en reproducir pautas de conducta, valores y visiones de la coyuntura favorables a la política subversiva de las oligarquías. Esta propaganda desplegada pretendía movilizar masas detrás de las consignas cliché, a fin de eclosionar las regiones y sectores sociales en contra del gobierno.
Para ello los presentadores hacían esfuerzos “denodados”, moros y cristianos pretendían hacer ver a la población, que la asonada fascista tenía base social y era parte de la lucha del pueblo por el IDH, la autonomía.







Las técnicas de la propaganda política visibles
La contaminación:
Los voceros de la oposición atribuyen y culpan al gobierno del actual clima de violencia política, en ese sentido Branco Marinkovic y el staff subversivo en diferentes oportunidades achacaron al Presidente Evo Morales, sobre las acciones vandálicas de los grupos de la Unión Juvenil Cruceñista, al extremo de afirmar que la policía no protegió los bienes del Estado.
El propio prefecto Rubén Costas refiriéndose a los asaltos de ENTEL, INRA y otras instalaciones estatales culpó al gobierno públicamente de los hechos.
Los hechos nocivos en la técnica de la contaminación consisten en echar el gato a las barbas, es decir, culpar o achacar los hechos propios al enemigo, este principio es cumplido al pie de la letra por el fascismo.
La manipulación de la información
Esta técnica es usada de manera sistemática en los programas de entrevista, sobre todo en los canales de televisión se prepararon verdaderas emboscadas, donde se induceron a los entrevistados a cometer errores y equivocaciones, para sacar provecho de declaraciones forzadas.
En el caso particular de los canales golpistas, UNITEL, Red Uno, ATB, Bolivisión, PAT, Cadena A y otros, la manipulación informativa fue evidente. Radio Panamericana de propiedad del libanés Miguel Dueri, fue y es la máxima expresión de este tipo de propaganda política, que se despliega a diario en todos los programas y en especial en “Voz Popular”, donde se da rienda suelta a la orquestación de las opiniones, supuestamente hechas al azar.
El terrorismo informativo
Esta técnica es utilizada, a través, de los presentadores y comentaristas de televisión. Los argumentos que maneja inducen a la audiencia y/o televidentes a pensar en la posibilidad de un desastre dantesco por las acciones de la derecha. A este propósito los actos de la Unión Juvenil Cruceñista son presentados como acciones de masas y el pueblo, que se enardecido en contra del gobierno. En esencia buscaban sembrar el tormento y desarmar ideológicamente a las organizaciones sociales.
2.- La guerra económica
La guerra económica desatada contra el gobierno implicaba generar desabastecimiento de artículos de primera necesidad, los agroindustriales para este propósito generaron la subida del aceite y su ocultamiento. El terrateniente Croata Branco Marinkovic y magnate del aceite, estuvo detrás de la medida.
El terrorismo informativo acompaño la primera fase de la guerra económica. Esta técnica de la propaganda política fue usada, a través, de los presentadores y comentaristas de televisión, quienes se empeñaron en presentar a diario la subida de los precios, endilgaba a la “mala” administración gubernamental.
La segunda fase de la guerra económica, tuvo como propósito, desabastecer a los mercados del occidente de la carne, los ganaderos cerraron filas para el propósito conspirativo fascista, rápidamente los medios de comunicación entraron en escena para inducir a la audiencia, televidentes y lectores a pensar en la posibilidad de un desastre económico o político cuya culpa principal supuestamente era la del gobierno.
La tercera fase de la guerra económica, tuvo como corolario el objetivo de estrangular la economía nacional, los bloqueos de caminos instrumentalizados desde las prefecturas, paralizaron el oriente del país y el Chaco, la prolongación de la medida es extendió a la toma de las instalaciones petroleras y el cierre de válvulas.
3.- El terrorismo
Sembrar el terrorismo del foquismo fascista fue parte de la asonada oligárquica, su objetivo, propagar la pesadumbre entre la población aterrorizando a individualidades adherentes, lideres de las organizaciones sociales al gobierno y de este modo, desmontar la moral de los movimientos sociales.
El terrorismo fascista pretendía en esencia sembrar el caos y la ingobernabilidad crear condiciones de ausencia del Estado, su acción buscaba alterar el normal desarrollo de las actividades.
Bajo este objetivo a diario se dieron atentados terroristas que ya pasaron a ser parte del escenario conspirativo, quemas, dinamitazos de instituciones públicas, atentados a gaseoductos, cierre de válvulas, saqueos de viviendas, toma de sedes sindicales, destrucción de medios de comunicación, golpizas, asesinatos selectivos y la masacre fueron elementos terroristas que fueron puestos en marcha para socavar el gobierno.
El rostro feo de la asonaba fascista de este modo se manifestó por la acción cavernaria de Leopoldo Fernández, quien organizó a los grupos de sicarios para acabar con la rebelión interna que se había generado en el departamento de Pando.
La acción desesperada de la derecha que se había empeñado ensangrentar sus filas, provocando a policías y soldados no consiguió su objetivo, destilaron su odio refractario y se ahogaron en él. Sin embargo, dieron el bautizo de sangre a su levantamiento cívico – prefectural, desatando una horrorosa masacre, que pasados los días y los testimonios desgarradores de campesinos e indígenas grafican y ponen en evidencia la barbarie oligárquica.
Según la versión de dirigentes campesinos el precio de la cabeza de cada uno de ellos se taso en 10.000 bolivianos, los mercenarios de este modo capitalizaron su bolsa a costa de la sangre de humildes moradores rurales.
Desenlace de la primera asonada fascista
Los rasgos del fascismo en Bolivia adquirieron características crueles y bárbaras y se gestó desde que el pueblo y los movimientos sociales empezaron a cuestionar el orden neoliberal, vale decir, desde que opusieron resistencia organizada a la política privatizadora.
La naturaleza de este fascismo cada vez que se manifiesta lo hace de manera más violenta, si bien durante los regímenes neoliberales usaba la masacre desde las esferas del poder, ahora sin el control del aparato represivo, se ha afincado en las prefecturas su esencia criminal rápidamente se organizó en los grupos de choque como la Unión Juvenil Cruceñista y todos sus remedos, en Beni, Chuquisaca y Pando donde existe el agravante de las bandas de sicarios.
El fenómeno de los sicarios no es casual, los terratenientes usan este mecanismo de defensa de sus intereses, cuando ya no tienen posibilidades de un sustento social, este hecho demuestra que las oligarquías cada vez se hallan confinadas en sus feudos.
El desenlace del golpe trajo consigo para la derecha una debacle en la base social que lograron aglutinar bajo la consigna de la “autonomía” el IDH, etc., en los hechos estas consignas huecas se desnudaron de manera precoz, cuando la población halló en ellas el vandalismo destructivo, fenómeno que puso en evidencia los verdaderos intereses bastardos de la oligarquía. No pudiendo generar sus muertos para azuzar a sus huestes, desgastaron su movilización y cansaron a sus hordas, las mismas que ahora se hallan en pugnas internas, la Unión Juvenil Cruceñista y los grupos de Choque del Comité Interinstitucional de Chuquisaca, se pelean por la bolsa.
El golpe cívico – prefectural, quedó trunco luego de su voraz asedio a los sectores populares y al gobierno, podríamos hablar de una derrota política coyuntural para la derecha, pues el fascismo no ha sido derrotado definitivamente. Mientras que los movimientos sociales y el pueblo boliviano no acaben con el latifundio el fascismo en su forma caricaturesca no perecerá, porque la madre que la engendra pervive personificada en los latifundistas y ellos están dispuestos a arrasar con la Nueva Constitución y la unidad del país.
El encarcelamiento del “Carnicero de Porvenir”, es un hecho que gráfica de buen modo el estado en que quedó la conspiración fascista, abortada y trasquilada. Sin embargo, la posibilidad de que la fiera despierte con más violencia es un hecho que los acontecimientos venideros confirmarán.
La salida de Fernández del reparto de las tablas conspirativas, es un duro golpe para las oligarquías, pues un vil y connotado portavoz, se encuentra bajo sombra, a merced del asedio de movimientos sociales y la opinión pública nacional e internacional. Sin embargo, la detención puede convertirse en una anegadota, para la feroz alimaña pues las triquiñuelas leguleyas pueden salvarle el pellejo y quedar libre después del horrendo crimen.